Debido a situación actual se han fomentado otras actividades de inclusión y motivación
La existencia un estado de alarma causado por un tema de salud pública es difícil de vivir para cualquier persona pero para quienes padecen, además, discapacidad intelectual, es más complicado si cabe.
Esto lo saben bien en el Centro Psicopedagógico San Juan de Dios de Santa Cruz de Tenerife, un lugar donde conviven actualmente 53 usuarios con discapacidad intelectual y graves trastornos de conducta y del desarrollo.
“Con la llegada del estado de alarma se establecieron una serie de medidas de seguridad para minimizar los riesgos de contagio mientras durara el confinamiento y se suspendió el servicio de atención diurna”, explica María de la Rosa Pérez, directora psicopedagógica del centro. Esto, como ella misma señala, ha sido lo más difícil de abordar y ha supuesto una modificación sustancial de la manera de hacer que existía hasta el momento.
Se ha traducido, por ejemplo, en la ausencia de salidas, de excursiones, de visitas culturales…, algo que supone eliminar el factor de contacto social y comunitario y familiar tan importante para ellos. Por este motivo, se están trabajando otro tipo de actividades que sean motivantes y atractivas, sin perder las rutinas establecidas que, por sus características, les permiten tener más estabilidad.
Los chicos han entendido bien lo que sucede como es el caso de J.P.H.L que tiene las ideas claras, “prefiero que se acabe el virus y salir, a salir ya e infectarme. Cuando se acabe el virus saldré”. A pesar de que quieren que todo acabe y poder salir y ver a su familia, están contentos con las actividades que realizan y se sienten seguros en el centro. Es el caso de J.N.D.R. “Me alegra hacer más talleres y me divierte. Me gustaría que cuando acabe el virus sigamos igual pero con salidas, aunque a veces me siento mal porque quiero ver a mi familia”. Su compañero O.S.M.H. asegura que se siente bien porque “tengo más talleres y me motivan y eso es beneficioso para mí; aunque echo de menos salir”.
Los talleres han sido para ellos una vía de escape, como el de cocina que, desde un punto de vista más funcional, se les enseñan técnicas de cocina básicas. Otra actividad que está siendo un éxito es el huerto ecológico. Se empezó antes del confinamiento y ha cobrado especial relevancia puesto que les permite cocinar los productos que ya están empezando a recoger, relacionando así dos actividades muy atractivas para ellos.
También se realizan entrenamientos con circuitos de ejercicios y clases de zumba. Se han trabajado diferentes maneras para expresar los sentimientos y las repercusiones del confinamiento y la covid-19.
Cercanía en la distancia
Uno de los recursos que se está convirtiendo en protagonista estas semanas es el uso de las nuevas tecnologías, gracias a las que están disfrutando de momentos de ocio y que les ayudan a fomentar las relaciones familiares.
De esta manera, los diferentes dispositivos digitales les permiten hacer actividades de juegos compartidos búsquedas o visualizaciones de vídeos. “Incluso en las aulas se conectan con las televisiones permitiendo la participación en actividades online como yoga o zumba”, explica la directora psicopedagógica.
A esto se suma el recurso de las videollamadas. Uno de los puntos claves de esta situación ha sido la pérdida de contacto físico con las familias, que en muchos casos les genera momentos de gran ansiedad. Por ello, a través de la trabajadora social, se están realizando videollamadas periódicas que han permitido reforzar los vínculos familiares y les hace sentir más cerca a pesar de la distancia.
“Tras realizar las videollamadas, vemos como los chicos afrontan la situación con mayor optimismo y tranquilidad, y pasan los días con más ilusión sabiendo que la distancia física no los limita para sentir cerca a sus seres queridos”, aseguran los profesionales.
Toda esta reorganización del trabajo, la búsqueda de nuevos recursos, sin duda merece la pena al ver los resultados. Para la directora psicopedagógica del centro “es un orgullo formar parte de un equipo con tanta vocación y entrega, porque hacen posible que cada día se afronte con optimismo y esperanza, a pesar de los miedos e inseguridades que se tienen y que está situación genera”.
Cuadro de apoyo
Han sido 4 los pilares que han permitido una transición tranquila, dadas las circunstancias:
- Educación y formación: mediante talleres de higiene de manos y charlas sobre coronavirus
- Apoyo individualizado con profesionales dedicados a cada paciente y acompañamiento a los hospitalizados
- Oferta de actividades, uno de los principales pilares para mantener la motivación y las rutinas
- Contacto familiar permanente, a través de la videollamada y potenciando celebraciones como los cumpleaños.