El Día Mundial contra la Hepatitis se celebra cada año el 28 de julio para crear conciencia sobre la hepatitis viral, una inflamación del hígado que causa una enfermedad hepática grave y cáncer hepatocelular. El tema de este año es “La hepatitis no puede esperar”. Incluso en la actual crisis de COVID-19, no podemos esperar a actuar contra la hepatitis viral.
Hay cinco cepas principales del virus de la hepatitis: A, B, C, D y E. Juntas, las hepatitis B y C son las más comunes y provocan 1,1 millones de muertes y 3 millones de nuevas infecciones por año.
Según datos de la Organización Mundial de La Salud:
• 1,100,000 muertes por año causadas por infecciones de hepatitis B y C
• 9.400.000 las personas están recibiendo tratamiento para la infección crónica por el virus de la hepatitis C
• 10 % de las personas que tienen una infección crónica por el virus de la hepatitis B son diagnosticadas y el 22% de las cuales reciben tratamiento
• 42 % de los niños, a nivel mundial, tiene acceso a la dosis de nacimiento de la vacuna contra la hepatitis B.
La OMS hace un llamado a todos los países para que trabajen juntos para eliminar la hepatitis viral como una amenaza para la salud pública para 2030.
• Las personas que viven con hepatitis #nopuedenesperar a recibir tratamientos que les salven la vida.
• Las pruebas y el tratamiento de la hepatitis B para las mujeres embarazadas #nopuedenesperar. Podemos prevenir la transmisión de madres a bebés.
• Los bebés recién nacidos #nopuedenesperar a recibir la vacuna contra la hepatitis B al nacer.
• Las personas afectadas por la hepatitis #nopuedenesperar a estar protegidas contra el estigma y la discriminación.
• Las organizaciones comunitarias #nopuedenesperar a una mayor inversión.
• Los responsables de la toma de decisiones #nopuedenesperar y deben actuar ahora para hacer realidad la eliminación de la hepatitis a través de la voluntad política y la financiación.
Las medidas de prevención varían según el tipo de virus de la hepatitis y las vías de transmisión. Sin embargo, una manera fácil para evitar la infección es a través de la práctica de normas de higiene básica, evitar el contacto con sangre u otros fluidos corporales contaminados. Igualmente, se debe evitar la toma de agua y/o alimentos contaminados o con baja calidad sanitaria.
En conclusión, las hepatitis virales son enfermedades frecuentes que se pueden prevenir y cuando se diagnostican pueden tratarse de forma muy eficaz. Su diagnóstico es muy sencillo y consiste en la realización de un análisis de sangre. Se debe consultar al médico ante un diagnóstico de hepatitis viral, sospecha de que se pueda tener o si ha existido riesgo de contagio. Si un paciente padece una hepatitis crónica, debe ser evaluado por un médico especializado en el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades.
Fuente: OMS