Monólogos de la Vida Misma

De los 2 millones de personas mayores que viven solas en España, más de la mitad reconoce sentir soledad

La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y sus inmediatas repercusiones económicas y sociales, ha puesto de relieve la necesidad de aumentar la concienciación ciudadana hacia las personas mayores, especialmente aquellas en situación o en riesgo de exclusión social. Sus necesidades han permanecido en gran medida invisibilizadas en los últimos años y darnos cuenta es un primer paso necesario para avanzar en cohesión social, igualdad, promoción de la salud, promoción de derechos y prevención de la exclusión.

Antes del comienzo de la pandemia, la tasa de pobreza y exclusión social en España entre mayores de 65 años subía hasta el 16,4%. La pobreza de las personas mayores ha crecido, tanto en términos relativos como porcentuales, dejando expuestas a muchas personas a cualquier eventualidad o crisis.

Las personas mayores de 65 años padecen una desigualdad amplia como grupo, donde una parte registra ingresos realmente bajos. Además, las diferencias entre hombres y mujeres añaden un factor de riesgo determinante. Estas últimas perciben un 34% menos de ingresos y, en consecuencia, se ven afectadas de forma diferenciada por procesos cruzados de edad, desigualdad, exclusión y pobreza.

En los últimos años, la soledad no deseada ha sufrido un notable aumento en toda la sociedad. Además de afectar al bienestar psicológico de las personas, su presencia se asocia con peores niveles de salud y mayor riesgo de mortalidad. La población mayor es la que se ve más afectada por ello y dentro de la misma existe diferencia entre mujeres y hombres, siendo estos últimos los que la acusan en mayor medida a partir de los 65 años. La soledad, es también uno de los principales factores de riesgo de malos tratos hacia las personas mayores.

La exclusión social de las personas mayores es multidimensional y multinivel. Una realidad que afecta un ámbito determinado de la vida de una persona mayor (por ejemplo, la vivencia de soledad no deseada) puede incidir o potenciar un proceso de exclusión más global, el cual afectará a otros ámbitos vitales de la persona, como el económico o la participación ciudadana.

Soledad y pobreza se relacionan entre sí

En los años más recientes, se ha puesto especial énfasis sobre el dato del aumento de la esperanza de vida de nuestro país, mencionando algo menos la calidad con la que se viven esos años. Así, por ejemplo, las posibilidades de las personas mayores de disfrutar de un envejecimiento activo y saludable en España son inferiores a las de la media de la UE-28.

En los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) se identifica a las personas de mayor edad como grupo susceptible de experimentar situaciones de vulnerabilidad. Cada país está en la obligación de determinar la representación de las personas mayores pobres y vulnerables dentro del conjunto e implementar las medidas necesarias para evitar que queden excluidas. 

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