Tanto la Diabetes Mellitus tipo 1 y 2 tienen un componente genético asociado, pero la incidencia de la segunda aumenta al entrar en juego factores como el sedentarismo o la obesidad.
La médico internista del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, Concepción González, explica que hay dos tipos de diabetes; la de tipo 1 o insulinodependiente, que aparece en edades tempranas, con un componente genético asociado y no ligada al estilo de vida; y la de tipo 2, cuya incidencia aumenta con la edad y es más prevalente que la anterior. Si bien es cierto que esta diabetes tendría un componente genético asociado, su incidencia también aumenta con la obesidad, el sedentarismo y el consumo de tabaco, entre otros hábitos poco saludables. Por tanto, Concepción González explica que “la estrategia de prevención debe ir dirigida a modificar el estilo de vida sedentario, los hábitos nocivos y un cambio de dieta hacia la Mediterránea, evitando grasas saturadas y dietas ricas en azúcares”.
La internista del San Juan de Dios añade la importancia de realizar alguna actividad física regular, “al menos 30 minutos casi todos los días, más aún si se necesita bajar de peso”, controlar la tensión arterial, el colesterol y el peso. Además, someterse a chequeos médicos periódicos permite descartar complicaciones y tratar con la medicación más adecuada.
El control, una vez diagnosticada la diabetes, es fundamental, al igual que la prevención de la enfermedad, pues se trata de una patología que puede derivar en complicaciones crónicas severas, como la retinopatía diabética, que en España es causa de entre el 20 y el 30 por ciento de las cegueras; o la nefropatía diabética, primera causa en el país de inclusión en el programa de hemodiálisis por enfermedad renal crónica terminal. La enfermedad cardiovascular es de dos a tres veces más probable en personas diabéticas, siendo ésta la primera causa de morbimortalidad en estos pacientes.