Las enfermedades cardiovasculares continúan ocupando las primeras posiciones como causa de muerte en la población española.
El ejercicio físico y una alimentación adecuada son los dos pilares fundamentales para la prevención de enfermedades cardiovasculares.
El 29 de septiembre, la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud conmemoran el Día Mundial del Corazón con el objetivo de dar a conocer en todo el mundo las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento.
En el año 2019, el Hospital San Juan de Dios de Tenerife atendió más de 14.500 consultas de personas con enfermedad cardiovascular. El jefe del Área de prevención cardiovascular del Hospital San Juan de Dios, José Carlos del Castillo, indica que “las enfermedades cardiovasculares continúan ocupando las primeras posiciones como causa de muerte en la población española. Tanto la enfermedad cardiovascular como algunos de sus factores de riesgo como son la hipertensión, las alteraciones de los lípidos o la diabetes y otras condiciones como la obesidad, el sedentarismo fibrilación auricular, a pesar de ser frecuentes en la población española, pueden pasar desapercibidas o no ser consideradas como importantes por muchas personas, lo cual supone un riesgo importante”.
Desde el área de prevención cardiovascular del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, para el cuidado del corazón se apuesta por la prevención, porque la detección precoz de muchas patologías es fundamental para poder tratarlas a tiempo y evitar la complicación de las mismas. Y los pilares clave para la prevención de las enfermedades cardiovasculares se encuentran en el binomio actividad física y alimentación.
Es prioritario prestar atención a la alimentación para controlar el consumo de alimentos con un alto contenido en grasas saturadas, grasas trans, azúcares y sal. Consejos básicos de los especialistas en salud cardiovascular del centro lograr ese control serían sustituir dulces y golosinas por fruta fresca; incluir en la dieta el consumo habitual de fruta y verdura; evitar el consumo de bebidas alcohólicas o preparar en casa comida sana para llevar al colegio o al trabajo.
Además, una adecuada prescripción de ejercicio físico, adaptada a las circunstancias de cada persona es de gran importancia porque bien indicado, mejora la salud; pero realizado sin control, puede empeorar una enfermedad cardiovascular preexistente.
Los logros en terapias de intervención en los últimos años han conseguido que la supervivencia al infarto y al ictus sea mayor, de forma que los pacientes viven más tiempo y tienen mayor número de reingresos durante su vida. “Nuestro hospital mantiene un constante espíritu de superación y compromiso con la innovación sin perder la visión humana de la medicina que forma parte del modelo de atención de la Orden Hospitalaria”, explica del Castillo.
El Área Cardiovascular del Hospital San Juan de Dios cuenta con excelentes profesionales capaces de asesorar a los pacientes en estilos de vida saludables adaptados las circunstancias individuales, realizar un diagnóstico y tratamiento precoz de los factores de riesgo cardiovascular y de tratar de forma adecuada las diferentes enfermedades cardíacas para mejorar y alargar la esperanza de vida.