Desde la unidad de logopedia del Hospital San Juan de Dios de Tenerife aseguran que las horas de más que se pasan estos días en casa pueden aprovecharse para mejorar este trastorno de manera lúdica con juegos como el del ahorcado o creando sencillas rimas
La cuarentena derivada del estado de alarma en el que está sumido el país a causa de la pandemia provocada por el coronavirus, puede ser aprovechada por niños con dislexia para mejorar su fluidez lectora de manera lúdica. Así lo explica Miryam Mederos, logopeda del Hospital San Juan de Dios en Tenerife, quien resalta que con sencillas prácticas se puede ejercitar este aspecto con los niños, combinando la lectura en familia con juegos de palabras tradicionales.
La repetición y regularidad de estas rutinas es fundamental también para su éxito, afirma Mederos, quien resalta que a mayor frecuencia, mejores serán los resultados. Asimismo, es importante que los niños no vean en ningún momento estas prácticas como una obligación, sino como un juego, así como un ejemplo a seguir, de ahí la importancia de la implicación de la familia y de que esta pueda dar ejemplo con su actitud lectora.
En este sentido, resultan muy efectivos los juegos fonéticos, como por ejemplo buscar palabras que rimen; buscar palabras que empiecen o acaben por un determinado sonido o algo tan tradicional, como jugar al ahorcado. Jugar a decir palabras al revés o a encadenar aquellas que tengan la misma sílaba al final y al principio, también resultan muy efectivos para la identificación y asimilación de los sonidos, al tiempo que pueden ser muy divertidos para los más pequeños.
Aprender a sintetizar
A todo esto, hay que sumar, según la logopeda, la importancia de enseñar a estos niños a subrayar textos y extraer lo importante de cada párrafo, a sintetizar y a hacer esquemas o mapas conceptuales “que ayuden el niño a entender lo que lee y así sea capaz de estudiarlo. En resumen, el trabajo que se podría hacer en casa en estos días, no es otro que el de inculcar el gusto por la lectura y tener herramientas para ayudarles con los textos que le envían de clase. Por eso es recomendable buscar un momento y un lugar adecuados. Si el niño disfruta, los padres pueden estimular otros aspectos de la lectura mediante juegos y actividades divertidas” concluye la logopeda.
La dislexia (o trastorno específico de la lectoescritura) es una dificultad significativa y persistente en la forma escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional y que, por lo tanto, aparece a pesar de tener una inteligencia adecuada, una escolarización convencional y una situación sociocultural dentro de la normalidad. Es el problema de aprendizaje más prevalente en la edad escolar, su prevalencia oscila entre el 5 y el 17 por ciento y afecta igualmente a niños y niñas.