El centro de la Orden Hospitalaria ha realizado las pruebas a sus mas de 442 trabajadores
Esta medida se encuentra entre las implementadas para garantizar la seguridad clínica tanto de los pacientes, como de sus profesionales, a nivel de "Hospital Seguro"
Para seguir ofreciendo una calidad y seguridad asistencial tanto para pacientes como a profesionales, el Hospital San Juan de Dios de Tenerife ha realizado al cien por cien de su plantilla el test de la Covid-19. Las pruebas, que se han venido realizando durante todo este periodo, son la de detección del ARN viral mediante PCR y la de detección de anticuerpos totales y de anticuerpos IgM e IgG. La Organización Mundial de la Salud considera estos test como elementos esenciales para la gestión sanitaria de la pandemia. Las pruebas de diagnóstico para la detección de la Covid-19 son una herramienta muy valiosa de protección de la salud y contención de la epidemia.
Por ello, esta acción se ha puesto en marcha en el marco del plan de desescalada como ‘Hospital Seguro’ que el hospital San Juan de Dios ha diseñado para ir recuperando la ‘nueva normalidad’ de manera paulatina, en todos sus servicios y especialidades. El objetivo de este plan, como explica el gerente del centro, Juan Manuel de León, no es otro que el de que los pacientes puedan acudir a las consultas, pruebas médicas e intervenciones quirúrgicas que tengan previstas “con la mayor confianza y tranquilidad de que vienen a un centro que adopta todas las medidas necesarias para evitar el contagio por coronavirus, con circuitos diferenciados, medidas de higiene y protección”.
San Juan de Dios: un hospital seguro
El hospital de San Juan de Dios ha aplicado una serie de protocolos consensuados por la Orden Hospitalaria, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias y la evidencia científica, para ofrecer garantías de seguridad en todos sus centros frente al contagio de la COVID-19 en esta desescalada. De esta forma, se han rediseñado los circuitos asistenciales reduciendo el tiempo de permanencia en el centro, agilizando los trámites administrativos, reduciendo el número de consultas presenciales y favoreciendo la consulta telefónica.
A su llegada al hospital, los pacientes y familiares disponen de un dispensador de mascarillas, de uso obligatorio durante su estancia en el centro, y gel desinfectante para la higiene de manos y se ha reforzado la señalética y cartelería del centro para recordar las medidas de prevención y protección marcadas por las autoridades sanitarias.
Así mismo, se han agilizado los trámites de Admisión del paciente y reducido los asientos disponibles en la salas de espera, así como distanciado las citas en consultas y pruebas con el fin garantizar el distanciamiento social dentro del hospital.
En urgencias se ha diseñado un circuito diferenciado que permite que los pacientes con síntomas de sospecha de coronavirus sean redirigidos a una sala de espera y consultas diferenciadas, evitando al resto de pacientes y acompañantes la posible exposición al virus.
En lo que respecta a la hospitalización médica, todo paciente que ingrese en el hospital debe tener un test de PCR que permita descastar la infección o, en caso contrario, garantizar el aislamiento; así mismo, con el fin de prevenir el contagio de los pacientes ingresados por personas que acuden al centro, se han limitado las visitas y el acompañamiento de los pacientes ingresados a una sola persona al día, la cual es informada de las medidas de prevención que debe seguir durante su estancia en el centro.
El personal sanitario cuenta a su vez con los equipos de protección que mejor se adecúan al tipo de atención que prestan y, en cuanto a la actividad quirúrgica, a los pacientes se les realiza la determinación PCR previamente a ser intervenidos, garantizando las condiciones de seguridad en zonas tan sensibles como son los quirófanos.
Otras de las medidas puestas en marcha son el control de accesos a las distintas áreas con toma de temperatura; la redistribución de áreas de trabajo y espera para asegurar el mantenimiento de la distancia de seguridad; mamparas en puestos de admisión; protocolos intensivos de limpieza de superficies de alta rotación o revisión de los sistemas de filtros de aire para quirófanos.
Con la adopción de todas estas medidas, el Hospital San Juan de Dios de Tenerife ha recuperado ya la actividad presencial en todas sus especialidades y servicios (consultas, cirugía y pruebas diagnósticas) recuperando plenamente su labor asistencial la sociedad tinerfeña.