El Centro Psicopedagógico San Juan de Dios ha puesto en marcha este proyecto que promueve el bienestar de los residentes que, durante estos meses, han podido sentirse más estresados al ver alteradas sus rutinas por las medidas de prevención y protección frente a la COVID-19
Los residentes del Centro Psicopedagógico San Juan de Dios de Tenerife han iniciado en ‘Música de colores’, un proyecto en el que, a través de diferentes ritmos, se promueve el cuidado de sus emociones, que han podido verse alteradas en estos últimos meses con motivo del confinamiento.
El proyecto, enmarcado en la estrategia de atención humanizada propia de la Orden Hospitalaria, consiste en mejorar el bienestar de los residentes a través del arte, de la conexión entre la música y el universo emocional, explica la directora del proyecto, Andrea Arcidiacono. A los chicos se les proponen diversas actividades partiendo de una metodología vivencial, desde la música y el movimiento, la expresión corporal o la respiración, guiados por el equipo de facilitadoras del proyecto se plantea una propuesta innovadora para cada participante. Con ello, cada sesión se revela como un instrumento con el que regular sus emociones y fomentar la creatividad, además de mejorar la integración y las relaciones interpersonales entre los residentes, reforzar su autoestima y autonomía.
En el contexto de la pandemia, desde marzo de este año, el Centro Psicopedagógico San Juan de Dios tuvo que acometer cambios en la gestión y en los procesos operativos para evitar, en la medida de las posibilidades, la entrada del virus al centro, priorizando la salud de sus residentes y trabajadores. La directora psicopedagógica del centro de San Juan de Dios, María de la Rosa, explica que se tomaron medidas preventivas como la cancelación temporal de las visitas y excursiones que los residentes realizaban al exterior y se regularon las visitas de los familiares al centro, entre otras. Esto provocó que vieran modificadas sus rutinas de movimiento, relaciones sociales, de juego y aprendizaje. Además, en ese clima de confinamiento y de reorganización de la actividad para evitar contagios, algunos residentes acusaron el estrés que todo ello suponía. A algunos de ellos, el miedo a ser contagiados o la posibilidad de contagiar ellos a sus compañeros, les produjo ansiedad.
En respuesta a esta necesidad detectada, nace este proyecto, que proporciona un espacio de encuentro a los residentes del Centro Psicopedagógico y que permite utilizar la música y el arte como herramienta para mejorar el bienestar individual.
Música de Colores tiene una duración estimada de tres meses y se llevará a cabo en visitas semanales de dos horas, como indica la directora del coro juvenil del Auditorio de Tenerife, Roxana Schmunk, que participa en este proyecto como directora artística. “En un escenario tan complejo como el que estamos viviendo en estos momentos, el arte es una fuente de alegría, satisfacción y consuelo. Y nosotros esperamos que todos los participantes puedan sentir un poquito de esa alegría que nos brinda la música y el movimiento corporal”, concluye Schmunk.