Cómo diagnosticar y tratar los trastornos de desarrollo del lenguaje

Los TDL o disfasias pertenecen al ámbito de los trastornos neuropsicológicos de la función lingüística. Los componentes formales del lenguaje se adquieren tarde y defectuosamente.

La mayoría de los niños adquieren el lenguaje de forma relativamente fácil sin precisar un entrenamiento específico por parte de sus padres o adultos de su entorno. Sin embargo, otros niños presentan una dificultad en la adquisición del lenguaje hablado que no se explica por ninguna causa aparente. Estos niños son los que presentarían un Trastorno del Desarrollo de Lenguaje (TDL).

Consiste en una dificultad persistente, de diversa severidad, para el procesamiento del lenguaje, que no puede ser atribuida a retraso mental ni a déficits sensoriales o motóricos. El nivel de competencia lingüística está muy por debajo del resto de capacidades del niño, así lo afirma Miryam Mederos, del Servicio de Logopedia del Hospital San Juan de Dios de Tenerife.

Los TDL o disfasias pertenecen al ámbito de los trastornos neuropsicológicos de la función lingüística. Los componentes formales del lenguaje se adquieren tarde y defectuosamente. Por evolución espontánea y por las intervenciones logopédicas, el niño disfásico puede llegar a desarrollar, con los años, suficiente lenguaje oral para la comunicación habitual, pero el problema lingüístico de base suele persistir, comprometiendo el aprendizaje de la lectoescritura y el manejo de formas complejas de discurso. Por lo tanto, interfieren siempre, aunque con una severidad variable, en los aprendizajes escolares. La prevalencia de estos trastornos en población escolar es entorno al 2%.

Durante el primer año de vida el oído del niño va agudizándose progresivamente. Sobre los tres meses de edad el niño es capaz de mirar a la cara de quien le está hablando y devolverle vocalizaciones. Al año de edad los niños entienden varias palabras y se giran al oír su nombre. En estas edades, es clara la superioridad de la capacidad de comprensión sobre la de expresión. Cuando el niño tiene ya bastante vocabulario expresivo, aparecen las frases de dos palabras, que son el inicio del lenguaje encadenado y de la gramática. Entre los cinco y los seis años de edad se ha adquirido la base del lenguaje del adulto que posteriormente se irá enriqueciendo en los distintos niveles: fonología, sintaxis, semántica y pragmática.

Existe un margen de unos seis meses aproximadamente en la cronología de la adquisición del lenguaje considerada normal. Las primeras palabras inteligibles se adquieren entre los doce y los dieciocho meses de edad y las secuencias de dos palabras entre los veinticuatro y treinta meses. Más allá de estas variaciones habrá que descartar siempre la existencia de un trastorno que condicione una adquisición anómala del lenguaje. 

La ubicación escolar de los niños con TDL es muy difícil ya que, teniendo una inteligencia normal, sus dificultades de lenguaje les impiden seguir el ritmo de aprendizajes de los niños de su edad. Existen, en algunos países europeos, escuelas específicas para niños con TDL. 

Diagnóstico

La doctora Mederos indica que en principio el lenguaje es una función compleja y su evaluación, por tanto, también resulta complicada y, aún más tratándose de niños, ya que añadimos un componente evolutivo y retrospectivo.  El proceso diagnóstico debe comprender los siguientes aspectos: historia clínica, evaluación neuropsicológica, evaluación Logopedica.

Por otra parte ante un niño con sospecha de TDL, se deberán descartar otras patologías como un retraso simple del lenguaje, trastorno dentro del Espectro del Autismo o dislexia con mucha afectación del lenguaje oral.

Tratamiento adecuado de los TDL

Para su tratamiento adecuado, Miryam Mederos aconseja visitar la consulta de logopeda donde el tratamiento de los TDL será específico para cada niño dependiendo del tipo y gravedad del trastorno. En el niño pequeño debe incidirse en la interacción con él para conseguir las condiciones propicias para la comunicación y posterior producción de lenguaje. Posteriormente, con la participación de los padres, se irán trabajando desde las habilidades más básicas, utilizando las actividades cotidianas, hasta aspectos más concretos en sesiones estructuradas según las dificultades específicas de cada tipo de TDL: fonología, sintaxis, denominación, pragmática… En los casos más graves, como la agnosia auditiva, se deberán introducir métodos alternativos de comunicación como el lenguaje de signos. 

En los TDL, como en todos los trastornos de aprendizaje, además del tratamiento de reeducación individual será imprescindible la colaboración de la escuela, la adaptación curricular individualizada es imprescindible, igual que el trabajo coordinado de los especialistas y la familia. Hay que tener en cuenta los problemas de autoestima y los trastornos afectivos que los niños con TDL pueden presentar, consecuencia de sus dificultades para comunicarse y avanzar en los aprendizajes como el resto de compañeros. 

La reeducación individual, imprescindible en este tipo de trastornos, irá encaminada a estimular los módulos del lenguaje afectados, dependiendo del tipo de TDL que presente, trabajo que lleva a cabo la Logopeda Miryam Mederos en la consulta del Hospital San Juan de Dios de Tenerife