La unidad de arritmias del centro es la única específica para el tratamiento de esta patología dentro de la oferta sanitaria privada del Archipiélago
El Hospital San Juan de Dios de Tenerife incorporará, el próximo mes de octubre, una nueva técnica para el tratamiento de las arritmias, centrada en la crioablación, lo que le sitúa a la vanguardia de esta tecnología dentro de la oferta sanitaria privada de Canarias.
El coordinador del Área de Cardiología Intervencionista del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, Julio Hernández, señala que con esta medida se pretende implementar la amplia oferta que ofrece el centro en esta área y que se materializa a través de la única unidad específica de arritmias que existe en los centros privados del Archipiélago. En ella, además de contar con consulta monográfica de arritmias y quirófano para su tratamiento, se llevan a cabo estudios genéticos con el fin de detectar anomalías que cursan sin sintomatología y que permiten prevenir los casos de muerte súbita. Hernández explica que la nueva técnica de la crioablación permite tratar la fibrilación auricular, la arritmia más frecuente, que afecta a entre un 1% y un 2% de la población y cuya prevalencia aumenta con la edad, situándose en el 10% en los mayores de 70 años.
Esta terapia permite realizar una intervención más rápida y sencilla que la desarrollada hasta ahora con el método convencional de la ablación por radiofrecuencia. A su vez, entre las ventajas figura su carácter mínimamente invasivo, con la consiguiente reducción de posibles complicaciones, y su alto grado de eficacia, con un índice de éxito del 70%.
Julio Hernández explica que el nuevo tratamiento está indicado para aquellos casos de fibrilación auricular en los que los pacientes padecen episodios de arritmias repentinas y recurrentes, cuyo corazón no está muy dilatado y que no han experimentado mejoría a través del tratamiento farmacológico. Añade que el perfil del paciente abarca un amplio espectro de edad, aunque la gran mayoría se concentra en el segmento comprendido entre los 20 y los 65 años.
La fibrilación auricular conlleva la descoordinación del ritmo de contracción de la aurícula, que se manifiesta a través de palpitaciones, mareos, así como intolerancia al ejercicio o fatiga, entre otros aspectos.
Esta disfunción, cuyas causas se atribuyen a alteraciones congénitas o a problemas eléctricos generados, provoca que el corazón no bombee la sangre adecuadamente, lo que aumenta el riesgo de que se formen coágulos dentro del corazón y que se puedan generar trombos y complicaciones cardiovasculares importantes, como los ictus. El tratamiento mediante la crioablación, apunta el coordinador del Área de Cardiología Intervencionista del Hospital San Juan de Dios de Tenerife, permite aplicar el tratamiento por congelación y con tan solo un impacto de energía.
Para ello, se introduce, por medio de un catéter que va desde la ingle al corazón, un balón lleno de óxido nitroso hasta la intersección de las venas pulmonares con la aurícula izquierda. El gas que contiene el balón permite que se lleve a cabo una quemadura en frío, a una temperatura entre 40 y 60 grados bajo cero, permitiendo de esta forma aislar e impedir la propagación del impulso eléctrico anómalo que ocasiona la arritmia.
Asimismo, la propia estructura del balón permite que se pueda ocluir el orificio de la vena con una única quemadura. Este método contrasta con el que se venía aplicando hasta ahora, centrado en la aplicación de impactos de radiofrecuencia punto a punto en todo el perímetro de las venas pulmonares para interrumpir el paso del impulso eléctrico. Una vez realizada la crioablación, señala Julio Hernández, el paciente debe seguir un tratamiento de fármacos antiarrítmicos durante al menos tres meses, hasta que se garantice la total corrección del problema.
Asimismo, precisa que es necesario que se controle la presencia de otros factores de riesgo añadidos, como la hipertensión o la obesidad.